El Plan Municipal de Cambio Climático nace como colofón de toda una serie de actuaciones realizadas en torno al ahorro y la eficiencia energética en el municipio. El objetivo principal del Ayuntamiento de Noáin-Valle de Elorz a la hora de poner en marcha estas acciones, en-marcadas dentro de la Agenda 21 Local, no era únicamente consumir menos energía, sino la lucha frente al cambio climático.
Las actuaciones iniciadas en 2004 comenzaron con tres auditorías energéticas y la posterior puesta en marcha de las respectivas medidas correctoras. Esto llevó a realizar un Plan Energético Municipal que abarcó todas las instalaciones municipales y que actualmente se está ejecutando. A su vez, y de forma paralela, se han llevado a cabo varias instalaciones de energías renovables, se han realizado campañas de sensibilización e información a la ciudadanía y a los trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento, se han acometido actuaciones para el ahorro del agua y se han realizado reforestaciones en el Valle de Elorz.
Así, entre los logros conseguidos, se encuentran la implantación de ocho instalaciones municipales de energías renovables y el cambio de tendencia del consumo energético en dichas dependencias municipales (en 2006, el consumo eléctrico en estas dependencias disminuyó un 10 %, y en 2007 un 6 %). Asimismo, la población del municipio está cada vez más concienciada, ya que 80 de las 130 familias que han participado en el programa Hogares Kioto de la Fundación Centro de Recursos Ambientales de Navarra (CRANA) eran del municipio de Noáin-Valle de Elorz. Además, desde 2003 se han plantado 31.169 árboles y arbustos, tanto en reforestaciones en monte como en plantaciones lineales en el Valle de Elorz.
Lecciones aprendidas
Una de las principales lecciones aprendidas ha sido comprobar que este tipo de iniciativas son planteamientos a largo plazo, que requieren de mucha paciencia, ya que en ocasiones las medidas a aplicar tienen que ver con el cambio de políticas y de hábitos y con la concienciación, tanto de los trabajadores del Ayuntamiento como de la población. Se trata, en definitiva, de una carrera de fondo.
La transversalidad es fundamental en un plan de estas características. Es importante que haya un área en el Ayuntamiento que lo coordine, pero el plan no funcionará si no llega la información sobre el cambio climático y las acciones a acometer a las otras áreas. Sin una transversalidad real, es difícil que los trabajadores del Ayuntamiento incorporen criterios de ahorro y eficiencia energética en su día a día.
Por otro lado, para llevar a cabo una iniciativa de este tipo, es importante contar con un presupuesto para los proyectos que necesiten inversión económica, pero no es algo imprescindible. En la mayor parte de los casos, son la concienciación y el cambio de hábitos las medidas que más ahorro energético suponen. De poco sirve mejorar un sistema de calefacción o el aislamiento de unas oficinas si luego los usuarios lo aprovechan para ir a trabajar más ligeros de ropa en invierno.
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